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María Mayela Padilla: “Es un orgullo para mí que me digan maicera”

Por su trabajo de difusión   de las tradiciones campesinas ticas la folclorista María Mayela Padilla fue galardonada con el Premio Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial  2015.Jorge Arce.
Por su trabajo de difusión de las tradiciones campesinas ticas la folclorista María Mayela Padilla fue galardonada con el Premio Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial 2015.Jorge Arce. ampliar

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“Ni me pasó por la jupa. Si hubiera sabido me pongo una camiseta roja o un sombrero”, declaró sorprendida la folclorista costarricense María Mayela Padilla Monge, al saberse ganadora del Premio Nacional de Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores 2015.

Sencilla, auténtica, espontánea y muy trabajadora, esta mujer oriunda de San Ignacio de Acosta ha dedicado casi medio siglo de su vida a divulgar con orgullo sus raíces campesinas.

El jurado reconoció la trayectoria de Padilla como difusora de las tradición oral del Valle Central por diferentes medios: libros, programas de radio y televisión, cine y redes sociales. También se le premió por su labor como promotora de la cultura campesina costarricense.

De cepa. Así como un agricultor abre surcos en la tierra para cultivar sus productos, Padilla se ha ido abriendo camino en un mundo nada fácil para una mujer de origen humilde.

La menor de los 16 hijos que tuvieron don Ananías Padilla y doña Evangelina Monge aprendió a trabajar duro desde niña en los cafetales de Acosta.

“Este premio se lo debo a mis papás, porque de ellos aprendí todo lo que es y significa ser campesino. Mi viejito era machetero y luego llegó a ser mandador de la finca sin saber leer ni escribir. Y mi mamá cuidaba toda esa catizumba de güilas. Es un orgullo para mí que me digan maicera”, declaró Padilla.

Entre las faenas de las cogidas de café y las correrías con los otros carajillos, surgió la inspiración para sus primeros poemas.“Cuando tenía como 12 años lo que yo sentía eran ganas de escribir. También leía a Aquileo Echeverría y escuchaba las canciones de Lencho Salazar. Me me sentía identificada con ellos. e intenté a hacer algo similar, pero propio. Fue entonces cuando escribí unas poesías que narraban mis aventuras en los cafetales”.

Así vieron la luz La carta y Las cogidas de café, dos de sus poemas más conocidos. Su libro Dichos y refranes de los ticos fue un best seller .

De los trabajadores del campo también heredó la tenacidad. “Me molestaba mucho que trabajando yo igual que los hombres, me pagaban la mitad. De ahí fue donde agarré energía para estudiar y tratar de proyectarme hacia un futuro mejor, pero sin salir de mi pueblo”, recordó Padilla de 59 años.

Su amor por el campo la llevó a estudiar una carrera afín. Se graduó de ingeniería agronómica de la Universidad de Costa Rica actualmente trabaja en el Servicio Fitosanitario del Estado del Ministerio de Agricultura y Ganadería.

Posteriormente también estudió periodismo.

Fama. A finales de la década de los 70 Padilla se acercó a Radio Nacional con un casete que tenía grabadas unas poesías.

“En realidad eran las letras de unas canciones, pero no tenían música. Solo estaba la declamación y así las tiraron en vivo. Al rato comenzó a llamar todo el mundo”, narró.

La radio fue el trampolín para la televisión. Canal 13 le abrió las puertas y entre 1981 y 1982 participó en el programa El barbero de la villa . En 1983 el productor Miguel Salguero la llamó para formar parte del elenco de la teleserie El fogón de doña Chinda en donde compartió créditos con reconocidos folcloristas como Emeterio Viales, Lencho Salazar y Olegario Mena.

“Salir en tele fue algo extraordinario, mucha gente ya me conocía. Cuando íbamos a grabar los episodios a los pueblos era una locura. La gente esperaba la buseta para ir a vernos”.

Pero hacer lo que amaba también le implicaba un gran sacrificio. “Yo trabajaba de lunes a viernes tiempo completo y tenía que ir a filmar los fines de semana. Era muy cansado y casi nunca nos pagaban”, rememoró la folclorista.

Padilla también participó en las series Gentes y paisajes (Canal 7) y La familia Mena Mora (Canal 6). En la pantalla grande también dejó huella, con la participación en dos largometrajes filmados en Costa Rica: La Negrita (1984) y Los secretos de Isolina (1985).

Ya con buen trillo andado, Padilla recibió ofertas para comerciales televisivos. El estribillo “hay que madrugar, a desayunar, la Luna se va, canta el gallo fino...” del anuncio de natilla Dos Pinos todavía resuena en la cabeza de muchos.

Al ser consultada sobre si se le ha criticado por presentar una imagen estereotipada del campesino respondió: “Creo que conmigo no pasa eso, porque ellos mismos me dicen: ‘es que usted sí es legítima , su acento es real, usted es real y nosotros nos sentimos representados”, aseveró.

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