La regla es un fenómeno natural que acompaña a la mujer por cuatro décadas de la vida, marca con su presencia el inicio de la pubertad y su ausencia nos habla del inicio de la menopausia. 

Paradójicamente, siendo un evento tan propio de la feminidad, muchas mujeres desconocen las características de una regla sana.

Siempre insistimos en la importancia que tanto los hombres como las mujeres, conozcan el patrón menstrual normal. Así la regla debe presentarse cada 28 días; es válido que se adelante o se atrase hasta una semana. Su duración es de 3 a 7 días. La sangre debe ser líquida, sin coágulos, y no debe acompañarse de dolor, irritación, ni de mal olor.

Todas estas características nos hablan de que ante todo la regla no puede ser una experiencia desagradable que genere malestares y disgustos a la mujer. Debemos dejar claro que la regla no es una enfermedad. Pero sí es frecuente que diversas enfermedades alteren el  patrón menstrual normal.

Quizá una de las molestias más frecuentes es cuando con cada sangrado se desencadenan  cuadros de irritación que producen ardor, picazón, fisuras, vejigas, enrojecimiento, y  hasta descamación de la piel de los genitales. Se entenderá que en esta zona un cuadro irritativo molesta para caminar, para sentarse y hace difícil, sino imposible, mantener relaciones sexuales.

Curiosamente muchas de estas mujeres cursan todo el mes sin molestias, y es solo durante los días menstruales que los síntomas aparecen y muchas veces de manera tan intensa que resultan realmente incapacitantes.

Por  mucho tiempo se creyó que estos cuadros irritativos obedecían a problemas alérgicos. Inicialmente se hablaba de una especie de alergia  o irritación provocada por la sangre. Luego se relacionó las toallas y posteriormente los protectores diarios. Desde luego, la asociación se extendió  a los tampones y a las mismas prendas íntimas. Sin embargo, esto realmente rara vez sucede. Diríamos que en general el fenómeno clave no es una reacción alérgica.

Luego se creyó que un germen de la familia de los hongos que habita en casi todos los tejidos del cuerpo llamado: cándida era el responsable bajo el entendido  que los hongos suelen proliferar cuando hay humedad. Pero quedaba sin responder  porque no le sucede a todas las mujeres que menstrúan.

Hoy sabemos que la mayoría de estos casos son provocados por cuadros infecciosos ocultos usualmente virales, que suelen pasar desapercibidos y que solo se ponen de manifiesto con el periodo menstrual. Las modificaciones que provoca la sangre en la cavidad vaginal activa o exacerba el cuadro infeccioso y genera todas estas molestias.

Adicionalmente por ser una infección oculta es difícil su diagnóstico  al punto que escapa al Papanicolaou, los  urocultivos, los ultrasonidos, así como a los frotis y cultivos vaginales. Afortunadamente hoy contamos con exámenes específicos que nos permiten aclarar el diagnóstico y así instaurar tratamientos específicos que le permiten a la mujer enfrentar el periodo menstrual libre de molestias.

Claro está, es fundamental que la paciente consulte justo durante los días en que se  presentan los síntomas,  aun cuando esto implique como es lógico acudir con la regla para que el médico pueda ver y estudiar las lesiones a cabalidad.