Venter llegó ayer al país como invitado distinguido del Foro Mundial sobre Economía y Medio Ambiente que realiza la escuela de negocios de Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, la cual este año eligió a Costa Rica como sede de su reunión anual de egresados.

Este investigador de renombre mundial atendió ayer a LA

REPUBLICA previo a la cita que se efectuará hoy y mañana en el Hotel Intercontinental, en la que se programa una videoconferencia con Al Gore, ex vicepresidente estadounidense, así como la participación de conferencistas locales de la talla de Franklin Chang Díaz.

El científico Craig Venter estuvo detrás de uno de los mayores hitos en la historia reciente de la ciencia: la publicación del mapa del genoma humano, en 2001.

Venter llegó ayer al país como invitado distinguido del Foro Mundial sobre Economía y Medio Ambiente que realiza la escuela de negocios de Wharton, de la Universidad de Pennsylvania, la cual este año eligió a Costa Rica como sede de su reunión anual de egresados.

Este investigador de renombre mundial atendió ayer a LA

REPUBLICA previo a la cita que se efectuará hoy y mañana en el Hotel Intercontinental, en la que se programa una videoconferencia con Al Gore, ex vicepresidente estadounidense, así como la participación de conferencistas locales de la talla de Franklin Chang Díaz.

—Los mapas del ADN humano, que ayudan a detectar patrones genéticos causantes de problemas en la salud, pronto podrían estar comercialmente disponibles en Estados Unidos con un precio que rondaría los $1.000. ¿Son los procedimientos involucrados tan complicados y/o dependientes de equipo costoso, que este tipo de diagnóstico solo puede realizarse en mercados importantes; o podemos esperar que esté disponible en países como Costa Rica?

El mapeo del genoma humano todavía está lejos, a pesar de lo que digan algunos reportes en los medios de comunicación. Soy parte de la Fundación X-Price, la cual pagará $10 millones a científicos en todo el mundo que puedan encontrar o crear la tecnología que haga asequible económicamente el mapeo del ADN. Actualmente, estamos tratando de leer el código genético.

—El mes pasado, el Instituto Venter publicó un mapa completo del ADN del mosquito transmisor del dengue. El descubrimiento podría llevar a versiones genéticamente diseñadas del mosquito, que resiste el virus que propaga la enfermedad. Dado que tanto el capital como la capacidad investigativa son escasas en la mayoría de los países tropicales, ¿existe alguna manera comercialmente viable para países como Costa Rica de participar en este tipo de proyecto, que pudieran beneficiarlos directamente?

Todavía no sé si este tipo de investigación llevará a mosquitos genéticamente alterados. Por ahora, estamos tratando de utilizar esta información para entender el ciclo de vida de los mosquitos, así como del virus del dengue. Esto podría darnos formas más simples de lidiar con el problema. Por ejemplo, conocer el genoma del virus nos podría ayudar a desarrollar vacunas para combatirlo. Dado que todos nuestros datos están disponibles de forma gratuita en Internet, científicos de otros países, incluyendo Costa Rica, no están en desventaja en el desarrollo de investigaciones locales originales.

—¿Qué tipo de investigación genética ha encontrado usted en economías en desarrollo? ¿Qué áreas de investigación piensa que podrían ser social y comercialmente productivas en estos países, dadas las limitaciones técnicas y financiera que con frecuencia existen?

Entre otras cosas, recientemente vimos el ejemplo de Brasil, que estudia el genoma de organismos que afectan las cosechas de naranja. Con tanta información disponible en la red, no siempre es necesario tener instalaciones de millones de dólares para hacer este trabajo. Al mismo tiempo, podría ser necesario que los gobiernos apoyen estos proyectos, dado que normalmente no es fácil recaudar dinero para investigaciones que desarrollen vacunas. Afortunadamente, también contamos con instituciones como la Fundación Gates, que está ayudando a financiar la investigación sobre la malaria.

—Críticos religiosos de la investigación del ADN dicen que no debiéramos interferir con organismos, incluyéndonos a nosotros mismos, que Dios creó. Estas objeciones podrían ser incluso más fuertes en países latinoamericanos, donde la Iglesia es influyente. ¿Cómo responde a estas críticas?

La Humanidad ha estado alterando organismos durante milenios a través de cruces de especies que cambian el ADN. Si esto no hubiera sucedido, solo podríamos alimentar a una fracción de la población mundial.

Utilizando la investigación del ADN, podemos hacer esto con más precisión y efectividad. Esto incluye la investigación de microorganismos, que nos permiten transformar la energía solar en combustible de hidrógeno. Para ser claro, estamos leyendo el código genético no para alterarlo, sino para entenderlo. Si yo supiera su código genético, estaría en capacidad de decirle cuáles enfermedades tiene riesgo de padecer, lo cual le ayudaría a prevenirlas. No sé de ningún científico, que actualmente esté estudiando cómo cambiar el ADN de ningún ser humano, y he llamado a una moratoria sobre técnicas de este tipo, hasta que realmente entendamos qué estamos haciendo.