LN PROA Hola, Visitante | Conectar Costa Rica, Domingo 29 de noviembre de 2009 /PROA * PORTADA * EL PAÍS * DEPORTES * SUCESOS * ECONOMÍA * ALDEA GLOBAL * MUNDO * OPINIÓN * ENTRETENIMIENTO * VIDEOS * BLOGS * CLASIFICADOS * AUTOS * EMPLEOS Sociedad Ellas también alzan la copa En los últimos años, las mujeres costarricenses han aumentado su consumo de alcohol, al punto de que hoy toman casi igual que los varones. Sin embargo, el abuso de la bebida trae para ellas lamentables consecuencias físicas, psicológicas y sociales. Randall Corella V. | rcorella@nacion.com Como todos los viernes, Andrea buscó un buen lugar en medio del bar, entre decenas de muchachas. Había llegado ahí con un primo y varias amigas, pero solo ellas pudieron entrar. En la puerta del local, un tipo corpulento se encargaba de que las muchachas ingresaran, mientras los varones esperaban al menos un par de horas para sentarse en la barra del antro alajuelense. Adentro, los hombres eran contados: tres esculturales bailarines que deleitaban la vista de las damitas, y dos /bartenders/ que les servían todo el alcohol que quisieran tomar. Ron, vodka, tequila, cocteles... Para cuando los varones entraron, muchas ya se habían embriagado, daban gritos de euforia y hasta bailaban sobre las mesas. Imprimir <#> Imprimir <#> Enviar <#> Recomendar <#> Disminuir <#> Disminuir <#> Aumentar <#> Aumentar <#> ?Yo nunca he llegado a quedar mal, pero algunas de mis amigas sí /se han pegado/ la fiesta. No tiene nada de malo, estamos pagando, si hay motivos para celebrar y el espectáculo vale la pena, no nos perdemos un /ladies night/ ?, contó la joven secretaria. En los últimos años, esta escena se ha vuelto normal en cientos de bares y fiestas del país. Las mujeres, otrora abstemias o relegadas a un papel silencioso como tomadoras de alcohol, han aumentado el consumo de esta droga lícita al punto de que hoy casi igualan a los hombres. Investigaciones recientes demuestran que ellas cada vez beben más y a edades más tempranas, y que las jóvenes de hoy abusan del alcohol como nunca lo hicieron generaciones anteriores. Si en Costa Rica, a finales del siglo pasado había tres tomadoras por cada diez hombres, en menos de dos décadas esa brecha casi ha desaparecido. El más reciente estudio del Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia (IAFA), publicado en el 2006, determinó que el 21% de las mujeres entre los 12 y 24 años se ha embriagado al menos dos o más días seguidos al mes. En 1990, solo un 4% de las muchachas reconocía haberse pasado de tragos. Los expertos coinciden en que el resquebrajamiento de la tradicional sociedad machista, así como la lucha por una igualdad de oportunidades emprendida por las mujeres, parece haberle abierto espacio para imitar patrones de consumo que antes se asociaban con los varones. Sin embargo, dotadas por la naturaleza de un organismo proclive a retener el alcohol, las mujeres se exponen a sufrir daños físicos y psicológicos mayores que los hombres. Y aunque pueden desarrollar más rápido una adicción por esta droga, muchas de quienes caen en la dependencia asumen tarde un tratamiento porque deben superar la vergüenza social que representa declararse alcohólicas. A pesar de ello, centros y grupos de rehabilitación han aumentado el número de miembros mujeres, pero el incremento de bebedoras jóvenes siembra en las autoridades la preocupación de que, de continuar con ese ritmo de consumo, crezca el número de alcohólicas en un futuro cercano. *Tragos en el ?cole?* Históricamente, las cifras del consumo y abuso de alcohol en las mujeres costarricenses han sido tan bajas que colocaban al alcoholismo como un problema netamente masculino. De las bebedoras se decía o sabía muy poco. Muchas tenían prohibido el ingreso a las cantinas, otras no ingresaban a estos locales por temor a la crítica social. La mayoría de las tomadoras lo hacían a escondidas, en su casa. Ahí guardaban las botellas de licor y se servían sus tragos cuando los hijos estaban en la escuela y su esposo, en el trabajo. Todavía hoy, sin tantas restricciones sociales, es sabido que bastantes costarricenses ?consumidoras y alcohólicas? toman solas, aunque se desconoce su porcentaje. Lo que sí reflejaban los estudios de entonces es que hombres y mujeres tenían su primer contacto con el alcohol en la adolescencia, cuando la curiosidad propia de esa etapa se mezcla con la influencia de los amigos para buscar los primeros tragos. Hasta finales del siglo pasado, eran los varones quienes comenzaban a beber antes que las mujeres, y un porcentaje muy bajo de ellas abusaba del alcohol. Sin embargo, estudios del IAFA revelan hoy el inicio de un riesgoso consumo precoz. En promedio, los adolescentes actuales ?hombres y mujeres? tienen su primer contacto abusivo con el licor a los 13 años; hace una década, un 36% de las mujeres aseguraban haber empezado el consumo después de los 19. Las fiestas en casas o fincas, con sus compañeros de colegio y amigos del barrio, son hoy el escenario de frecuentes borracheras. De hecho, según estadísticas del IAFA, muchas adolescentes consumen alcohol por lo menos dos veces al mes, incluso hasta embriagarse. ?Los adolescentes están tomando sobre todo fiestas en casas, donde los papás no tienen supervisión del consumo. Cuanto más poder adquisitivo tenga la familia, más fácil es tener alcohol, muchas veces los papás no se enteran, o están comprando el alcohol para las fiestas, aún sabiendo que dar alcohol a una persona menor de edad es prohibido por ley?, resaltó la directora del IAFA, Guisselle Amador Muñoz. Un estudio del Instituto, publicado en el 2006, determinó que el 21% de las mujeres con edades entre 12 y 24 años se ha embriagado dos o más días seguidos en las últimas cuatro semanas. Por su parte, un estudio nacional del IAFA en personas de 12 a 70 años, reveló que de un 1,5 millones de ticos entrevistados, un 3,6% de mujeres (60.000) bebe excesivamente, esto es cinco o más tragos en cada ocasión, al menos dos veces al mes. En términos generales, según el reporte del IAFA el 40,4% de las costarricenses ?entre los 12 y los 70? admitieron haber probado bebidas alcohólicas alguna vez en su vida, un 27,4% consumieron alcohol en el último año, y un 17%, en el último mes. Si bien las cifras generales de consumo femenino han aumentado poco en los últimos 15 años, para los expertos resulta evidente y preocupante que las jóvenes estén bebiendo más. ?Un estudio que se hizo en el 2006 y que se repitió este año, revela que las adolescentes están consumiendo igual que los hombres. Casi un 60% de ellas han consumido alguna vez en la vida, la mayoría son menores de 18 años, y un 30% están consumiendo activamente, en el último mes. De esas que consumen, la mitad lo hace con embriaguez?, explicó Amador. ¿Por qué están bebiendo más las jóvenes? Los motivos que desglosan los expertos se refieren a una mayor permisividad social, un aumento de la publicidad de bebidas alcohólicas dirigida a las muchachas, y métodos de mercadeo que incitan al consumo excesivo, como los /ladies nights/ y las barras libres. ?En el momento en que la mujer adquiere derechos como el hombre, también adquiere patrones sociales que son problemáticos. Antes, si consumía en un bar era vista como alguien sin principios ni valores. Ahora no hay ese señalamiento público, pero esos derechos beneficiosos para ellas las llevan a situaciones como el aumento del consumo, tanto del alcohol como del tabaco?, agrega la especialista. *Más expuestas* Decenas de textos coinciden en que el alcohol es la sustancia de la que más abusan las mujeres en el mundo. Sin embargo, esta droga genera un daño mayor en ellas que en los varones, y la razón es biológica. El alcohol se dispersa en el cuerpo a través del agua y cuanto más de este líquido haya en el organismo, más diluida estará la droga. Comparadas con los hombres, ellas tienen menos agua corporal y más grasa, además, su metabolismo de destrucción del alcohol a nivel hepático es menor. La suma de estos factores provoca que las mujeres tengan una mayor concentración de alcohol en la sangre después de beber el mismo volumen que los varones. Esto explica por qué, generalmente, ellas se emborrachan más rápidamente y son más susceptibles a adquirir la adicción. ?El alcohol, al ser una droga depresora, hace que el cerebro se deprima por áreas; la corteza es la primera que se disminuye su función y es ahí donde está la autocrítica, los controles, el súper ego, todo lo que hace que una persona sea comedida, respetuosa?, explica la doctora Amador. Según la especialista, esto hace que las mujeres, en especial las adolescentes, se involucren y arriesguen a vivir situaciones peligrosas, como accidentes, violencia y encuentros sexuales no planeados y sin protección. Los estudiosos aseguran que dos años de consumo de alcohol por parte de una mujer equivalen a diez años en un hombre. Así, las muchachas que toman desde muy jóvenes, cuando sean adultas podrían desarrollar varias enfermedades ligadas a esta droga mucho antes que sus compañeros de tragos. El documento /Perspectiva de Género y Consumo de Drogas en la Mujer/ , elaborado por la trabajadora social Silvia Pereira Ulloa, señala que las mujeres que abusan del alcohol sufren de disfunciones cerebrales más pronto que los varones. Además, los efectos de esta droga en el hígado son más severos en ellas, pues al beber en exceso pueden desarrollar antes enfermedades como hepatitis alcohólica y cirrosis. ?El alcohol puede ocasionar alteraciones en el ritmo del corazón; si además se tienen otras enfermedades, como el endurecimiento de las arterias, puede aumentar el peligro de enfermedad coronaria. El alcohol puede interferir con el calcio y el metabolismo de los huesos, lo que puede provocar enfermedades como la osteoporosis. Las bebidas etílicas interfieren con la producción normal de hormonas femeninas. Se ha demostrado que los problemas menstruales, tales como dolor, sangrado intenso, molestias previas al período y reglas irregulares o ausentes, son comunes en mujeres que beben demasiado?, añade la investigación. A la lista de males se suma el riesgo de malformaciones, desnutrición, abortos y nacimientos prematuros que corre el feto de una mujer embarazada que consuma alcohol. Por último, un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos reveló que las mujeres que consumen bebidas alcohólicas tienen más probabilidades de desarrollar cáncer de mama tras la menopausia. *Una salida* Según el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia, 10% de los costarricenses toman licor en forma problemática y 7% son alcohólicos. Sin embargo, hasta ahora no se han hecho estudios para saber qué cifra de ese porcentaje son mujeres. Si bien un 20% de las ticas reconoció tomar desde antes de los 13 años, y un 25% acepta ser tomadora activa, se desconoce cuántas superaron el umbral del abuso del alcohol para caer en la dependencia de esta droga. Empero, algunas cifras pueden dar una luz sobre el estado de la situación. En el 2003 y 2004, fueron atendidas 1.263 mujeres por alcoholismo en el IAFA y en los servicios de consulta externa de hospitales públicos. Más recientemente, de las 1.957 mujeres que durante el 2008 y el primer semestre del 2009 fueron atendidas en el Instituto, un 77% llegaron por consumo de alcohol, y un 47% fueron diagnosticadas como dependientes severas de esta droga. Sin embargo, los especialistas reconocen que muchas de esas consumidoras problemáticas se mantienen ocultas en sus casas, pues el miedo a ser tachadas como borrachas les impide buscar ayuda especializada. ?El machismo todavía golpea más a las mujeres alcohólicas. Hay una gran cantidad que sigue tomando en sus casas y que no se anima a buscar un grupo de ayuda porque les resulta penoso?, afirmó Eduardo S., de la oficina central de Alcohólicos Anónimos (AA). En parte, no dejan de tener razón. Socialmente se ha visto con mayor benevolencia al hombre adicto que a la mujer, y para las familias resulta más difícil aceptar que sus madres o hijas son adictas. ?En las mujeres alcohólicas, la situación es mucho más grave porque ellas son victimizadas; la sociedad no las acepta. La mujer queda sola, es más señalada y, generalmente, llega más tarde al tratamiento, porque no se siente bien?, aseguró Amador. Las consecuencias de la adicción femenina son también más desastrosas en la vida familiar. Diferentes estudios demuestran que cuando la madre es alcohólica, hay 50% de probabilidades de que sus hijos adquieran ese vicio; cuando el hombre es adicto, la probabilidad es de 33%. Normalmente, la mujer no cuenta con la misma comprensión, oferta de ayuda y acompañamiento familiar que los hombres. Se habla de que muchas ya están solas cuando llegan a un tratamiento, porque su compañero las dejó; en cambio, la mayoría de los varones llegan acompañados por su pareja. ?La presencia de patologías en la familia, ruptura de lazos, pérdidas, separaciones, conflictos matrimoniales entre los padres, historias de alcoholismo y/o drogadicción y altos índices de violencia y abuso sexual son situaciones frecuentes vividas por las mujeres consumidoras de drogas?, resalta Silvia Pereira en su investigación. Muchas veces agobiadas por la presión de su familia, problemas laborales o legales, un número creciente de alcohólicas ha hecho a un lado los estigmas sociales y se ha acercado a grupos de rehabilitación para buscar una salida a su problema. Una de las primeras opciones que buscan las mujeres alcohólicas es la desintoxicación o el internamiento. Varios centros de rehabilitación reciben durante semanas a quienes desean dejar la adicción. Un ejemplo de estos centros es el Hogar Salvando al Alcohólico, de Alajuela, que desde 1996 brinda tratamiento a adictas de diferentes partes del país. ?Aquí los ve una enfermera, una psicóloga y un médico. Durante 15 días reciben 45 reuniones en las que se busca que ellos comprendan que son personas enfermas, que no pueden volver a tener contacto con el alcohol porque será peor?, explicó María de los Ángeles Rojas, funcionaria del Hogar. De los 320 egresos que el hogar alajuelense tuvo en el 2008, un 16% fueron mujeres, la mayoría con edades entre los 30 y 50 años. Pero superar esas dos semanas sin consumir alcohol es apenas el primer paso de su nueva vida. ?Lo ideal es que se integren a los grupos de Alcohólicos Anónimos o Narcóticos Anónimos y puedan seguir luchando. Por lo general, un 50% se pierde, y una tercera parte se recupera?, añadió Rojas. Establecidos en el país desde 1958, los grupos de Alcohólicos Anónimos (AA) se han convertido en la opción más popular para luchar contra esta adicción. Actualmente, hay registrados 684 grupos en todo el país, de los cuales solo uno, en Desamparados, está integrado únicamente por mujeres. ?No tenemos certeza de que todavía se reúnan, a veces es complicado organizar las reuniones. Sin embargo, todos los grupos son mixtos y se puede decir que, por cada cinco miembros varones que asisten, hay una mujer?, explicó Eduardo S., miembro de la comunidad. A lo largo de varias décadas, la filosofía de los AA ha ayudado a cientos de mujeres como Alicia, quien hace 15 años dejó atrás más de dos décadas de adicción. Hoy asiste a las reuniones de un grupo en San José y bendice el momento en el que venció las críticas sociales para apegarse a los principios del grupo y hacer frente a su problema. ?Una vez que las mujeres aceptan el tratamiento, la adhesión es mejor en ellas, pero lo que sucede es que se está retardando el inicio del tratamiento. ?Hay muchos casos en los que se llega tarde, cuando se tienen enfermedades o daños físicos producto del consumo, y ya va a ser mucho menor la recuperación?, sentenció la directora del IAFA. [Fotos ...] FOTOS * Nacion.com Marvin Caravaca * Nacion.com Alonso Tenorio Según estadísticas de la oficina central de AA, en Costa Rica, por cada cinco miembros masculinos del grupo, hay una mujer. * Nacion.com Alonso Tenorio En todo el país están registrados 684 grupos de Alcohólicos Anónimos. De ellos, solamente uno, en Desamparados, es femenino. * Nacion.com Randall Corella El Hogar Salvando al Alcohólico, de Alajuela, recibe desde 1996 a mujeres adictas que se internan ahí por un período de 15 días. * Nacion.com ** * Nacion.com Archivo Las autoridades aseguran que actividades como /ladies nights/ y barras libres han incrementado el abuso del alcohol por parte de los jóvenes y adolescentes. * Click para ver detalle de imagen <#> * Click para ver detalle de imagen <#> * Click para ver detalle de imagen <#> * Click para ver detalle de imagen <#> * Click para ver detalle de imagen <#> * Click para ver detalle de imagen <#> ?No a la primera copa? Testimonio de dos adictas en rehabilitación *?Esta es* la primera vez que estoy internada para tratar mi alcoholismo. Me ?junté? cuando tenía 14 años y duré casi 16 años en unión libre. Comencé a tomar a los 18, con mi compañero; nos íbamos en la tarde y tomábamos 3 ó 4 cervezas. Tuve mis hijos y me separé. Pasé como nueve años sin tomar, hasta iba a la iglesia, pero hace unos años se me murió una bebé y entonces agarré el licor en serio. Tomaba cerveza o guaro, dos semanas seguidas. A veces me iba sola, agarraba mi plata y me metía en la cantina. Cuando tomo, no me gusta que nadie se me acerque, que nadie me invite, voy como obstinada, como deprimida. ?Nunca he tomado en mi casa, frente a mis hijos. En el barrio donde vivo hay dos señoras mayores que siempre tienen el guaro en la casa. Voy donde ellas y ahí nos ponemos a tomar. No sé por qué comencé a tomar así, como que al separarme me liberé, porque él me manejaba mucho. ?A veces duro hasta dos meses sin tomar, pero cuando la agarro de nuevo, pasó dos semanas de fiesta. ?Ahora que estoy en tratamiento, no me hace falta el guaro, no sé por qué es que tomo así. A veces me siento deprimida, me acuerdo de mi hija y me siento mal. ?Ya tengo más de un mes y una semana de no tomar, y me siento bien, yo quiero salir de esto. El guaro lo va destruyendo a uno y no quiero eso. Espero en Dios, salir de aquí con la frente en alto y decir ?no? a la primera copa, esa es la mala?. *?Una enfermedad?* ?Empecé a tomar como todo joven, a jugar con cervezas en el colegio. Estaba en quinto año y al principio, tomaba los fines de semana con los amigos, pero ya después se me extendió a lunes y faltaba a clases. Luego los miércoles nos íbamos a bailar y también tomaba. Fui metiéndome en el alcohol hasta que perdí el año. ?No fui a la universidad, tuve hijos y me tocó un compañero tomador, fiestero y agresor. Entonces, cogí el alcohol con más fuerza, aunque sabía que estaba destruyendo mi vida y la de mis hijos. Traté de tomar más pausado, pero esta es una enfermedad progresiva; no me bastaba con la cerveza y empecé con el trago, después era una cuarta, luego dos, y terminé con el litro. No acabé en la calle, en el ?cartonazo? porque tenía un techo donde vivir. Mis hijos sufrieron mi alcoholismo, era una madre irresponsable. Deseaba que llegaran de la escuela para darles de comer y meterme en la cantina del frente. Hasta que un vecino me ayudó. Estuve 15 días internada y comprendí que eso era una enfermedad. Ingresé a Alcohólicos Anónimos y este mes cumplo 16 años sin tomar?. Camino a la adicción Las tres etapas del consumo de alcohol ** ¿Bebedores sociales o enfermos? Las personas evolucionan del consumo moderado al alcohoslismo. *Uso:* Persona que toma dos veces al mes o menos, y cada vez que lo hace, ingiere cuatro cervezas o menos. Se trata de personas que consumen moderadamente. Toman un trago, una cerveza, una copa de vino de vez en cuando, pero no se embriagan cada vez que consumen. No sufren las consecuencias físicas ni sociales producto del consumo. *Abuso:* Toman más de dos veces al mes hasta la embriaguez (más de cinco tragos o cervezas por ocasión). Se trata de personas que tienen un consumo que los lleva a la embriaguez, pero que todavía no han desarrollado la dependencia. Toman los fines de semana con su grupo de amigos y se pasan de tragos. Aunque trabajan con normalidad, ya comienzan a tener problemas familiares y laborales, accidentes de tránsito, caídas, etc. Todavía tienen capacidad para manejar el consumo, aunque ya los está perjudicando. *Dependencia:* Personas con adicción al alcohol. La persona tiene tolerancia y necesita gran cantidad de alcohol para presentar síntomas de embriguez. Además, sufre el síndrome de abstinencia, esto es que consume varios días, meses o años, y cuando deja de hacerlo, le tiemblan las manos, tiene convulsiones, alucinaciones, etc. Toma dos tragos y sigue hasta hacer una crisis etílica (?tanda?). Asimismo, tiene severos problemas familiares y laborales, y podría llegar a quedar en la calle. *Fuente:* IAFA [Siguiente] [Anterior] ADEMÁS EN PROA Un santuario para venerar la vida Encender la vela Santa es callejero La diabetes y los dientes Ebriedad sin género Carlos Guzmán El cuento de Twilight Breves Aventuras para cruzar al otro lado Atrapan a ladrón por ser bien feo Cartas a María Si no soy yo, ¿quién? * Áncora <#tabdiv-ancora> * Ámbitos <#tabdiv-m> * PROA <#tabdiv-proa> * TELEGUÍA <#tabdiv-teleguia> Áncora Desde 1972, Áncora es la revista cultural de La Nación. Los domingos ofrece variada información y análisis sobre literatura, teatro, danza, cine, artes plásticas, lingüística, arte culinaria, filosofía, ciencias, libros y otros campos de la cultura. 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